Indefensión aprendida: causas y efectos

La indefensión aprendida es el sentimiento de impotencia total ante la adversidad porque has aprendido que tus acciones o esfuerzos no influyen ni cambian lo que te sucede. Este fenómeno psicológico ocurre cuando te enfrentas repetidamente a situaciones adversas e incontrolables que, eventualmente, te llevan a creer que no tienes control sobre tus circunstancias; incluso cuando se te presentan oportunidades para controlar o escapar de la situación.

Indefensión aprendida: causas y efectos


Este comportamiento es visible en ciertos casos de relaciones abusivas y acoso. ¿Alguna vez te has preguntado por qué la persona abusada no se protege o se va de la relación? o ¿por qué la persona abusada no se defiende y detiene el acoso? En ocasiones sucede que la persona intentó defenderse, protegerse, irse y detener el abuso, pero no le funcionó. Por lo tanto, aprendió que no tiene el poder de afectar su entorno ni influir en la gente que le rodea. Las experiencias negativas constantes y la percepción de falta de control llevan a las personas a creer que no pueden cambiar sus circunstancias y que nadie las ayudará. Esto es grave porque esa indefensión aceptada trastocará muchas áreas de su vida.


La indefensión aprendida suele tener implicaciones importantes para tu entendimiento del mundo y la apreciación de tu posición en él, así como para tu salud y tu bienestar. Pues, vivir sintiendo que no puedes protegerte o detener situaciones dañinas te generará sentimientos de impotencia y baja autoestima que afectarán tu vida social, amorosa, tu desempeño laboral, y el éxito escolar. La percepción de ausencia de control se ha relacionado con afecciones emocionales y psicológicas tales como la depresión y la ansiedad. También es asociado con afecciones físicas como el estrés crónico, problemas cardiacos y un sistema inmune debilitado.


La impotencia aprendida no es permanente. Con apoyo puedes recuperar tu seguridad y sentido de autodeterminación. Existen intervenciones terapéuticas que te ayudan a recuperar tu sentido de control y autoridad. También existen entornos terapéuticos donde la impotencia aprendida se aborda mediante refuerzos positivos que te ayudan a recuperar una sensación de autonomía y autoeficacia en tu vida; un ejemplo es la terapia cognitivo-conductual. Uno de sus objetivos es desafiar y cambiar las creencias negativas asociadas con la impotencia aprendida, creando así experiencias en las que ejerces tu poder de decisión y autoridad para hacer cambios que refuerzan la idea de que tienes la capacidad para mejorar tus condiciones. Date la oportunidad de explorar nuevos modos de pensar y vivir.


Como último dato -y para evitar confusiones-, también cabe aclarar que la impotencia aprendida es un concepto psicológico y no debe confundirse con limitaciones físicas reales.